14 agosto 2011

Cómo escoger una buena placa para nuestro equipo




PLACAS BASE


El primer punto, y quizá uno de los más importantes que vamos a tratar en este apartado con el que podremos construir nuestro propio ordenador, será el de las placas base. Como seguramente ya habréis podido leer en otras ocasiones, este componente es el pilar básico sobre el que cimentaremos nuestro ordenador, por lo que sus características técnicas y su vigencia tecnológica son aspectos que tendremos que tener muy en cuenta. El problema es que, debido a la continua evolución de la tecnología, los fabricantes de estos componentes no paran de presentar nuevos modelos, algunos con pequeñas diferencias respecto a su antecesor. Por ello, a continuación os presentamos los puntos más importantes a tener en cuenta para elegir adecuadamente.

1. Elegir nuestra plataforma

Lo primero que tendremos que hacer a la hora de elegir nuestra placa base es tener muy claro el tipo de equipo que queremos. El punto de partida será saber si va
mos a montar un procesador de la empresa AMD o Intel. Esta decisión, en la que entraremos unas páginas más adel
ante en el apartado de procesadores, es tan importante que de ella depende buena parte del resto componentes, modelos y actualizaciones futuras. Por ello hay que saber elegir bien. Además, tendremos que planificar de antemano las necesidades que ha de cubrir el equipo. Y es que también tendremos que tener muy claro qué equipo necesitamos: no será lo mismo comprar una placa para una máquina profesional que para un PC destinado a juegos o para un sencillo equipo ofimático.


2. ¿Slot o Socket?Los procesadores se podían encontrar en dos formatos: Slot o Socket. El primero de ellos, utilizado por los Pentium II, parte de los Pentium III y Athlon, así como por los primeros Celeron, es el más antiguo y en franca desaparición. En este formato, el procesador se halla soldado a una placa integrada que se introduce sobre la placa en forma de cartucho. Por ello, es bastante voluminoso y llamativo. Sin embargo, los modernos procesadores se presentan en formato Socket, es decir, el clásico microprocesador cuadrado y con decenas de patillas en su parte inferior. En estos momentos, la práctica mayoría de las placas y proc


esadores se presentan en este formato Socket, pero ya no de patillas sino de contactos es el caso de los procesadores de doble núcleo.

3. La memoria soportada

Es importante conocer hasta qué punto afecta una y otra tecnología a nuestra placa base. Antes de nada hemos de saber que la posibilidad de utilizar uno u otro tipo nos la ofrece el chipset, por lo que la colocación de memoria SDRAM, DDR o RAMBUS en un
determinado modelo no es pura casualidad. Además, dependiendo del procesador que hayamos elegido, también podremos instalar un sistema u otro, por lo que como antes comentábamos, esta decisión es bastante trascendental. Actualmente, lo más inteligente es optar por memoria del tipo DDR, muy común en las últimas placas destinadas a los procesadores de AMD e Intel. Este tipo de memoria ofrece unas prestaciones superiores a la habitual SDRAM, a un precio muy similar, por lo que es la opción que ofrece mejor relación precio / prestaciones en estos

momentos.


4. Contar con un buen chipset

Uno de los eje
s fundamentales en
torno a los que gira esta in
ce
s
ante evolución es el chipset. Bajo este nombre se conocen el conjunto de chips que gobiernan la
placa y gestionan todas las operaciones que ésta realiza. Así, es la encargada de interconectar todos y cada uno de los buses de datos, interfaces de entrada/salida, controlar el proces
ador, la memoria, manejar los accesos a los discos y las unidades removibles, y un largo etcé
tera. La mayor parte de las nuevas tecn
ologías implantadas en las placas base han de estar respaldadas por el chipset. El ejemplo más claro es el tipo de memoria, la existencia de controladoras USB o Firewire, el soporte de la especificación IDE ATA-100 o la posibilidad d

e aprovechar las tarjetas gráficas AGP 4x. Para ayudarnos un poco a elegir un
a placa gobernada por un modelo adecuado a nuestras necesidades, y para que sepas qué modelos son más antiguos o más modernos, adjuntamos una tabla que nos servirá de guía.

5. La BIOS
Y si el chipset es el componente que gobierna la placa, la BIOS es el software que permite que esa placa y ese chipset ejecuten todas sus tareas correctamente. Es como el sistema operativo de la placa, gracias a el al encender nuestro PC comienzan a chequearse y configurarse todos los componentes del mismo. La pequeña porción de código de la BIOS se almacena en las placas actuales en chips de memoria Flash. Esto significa que podemos actualizar la BIOS gracias a un programa software que permite regrabar este chip. Y junto a la BIOS, encontramos la CMOS, una pequeña porción de memoria que guarda los valores de configuración de nuestro equipo. Aquí encontramos datos como la fecha y la hora, la secuencia de arranque o los parámetros de nuestros discos duros. Esta es la razón de que en las placas base encontremos unas pe

queñas pilas de botón, ya que esta memoria CMOS requiere una pequeña cantidad de corriente para mantener su información.

La mayor parte de las placas actuales integran BIOS de la empresa Award o AMI. Las diferencias entre ambas son casi nulas, sólo encontramos opciones minoritarias entre unas y otras, aunque las Award tradicionalmente han conseguido contar con mejores prestaciones. Y es que hemos de tener presente que el contar con una BIOS actualizada y perfectamente afinada es extremadamente importante para obtener las mejores prestaciones de nuestro PC.

6. Las Dual BIOS

Antes hemos hablado de la posi
bilidad de actualizar la BIOS de nuestra placa. Sin embargo, también es importante conocer los riesgos que entraña una posible actualización. Para llevar a cabo este proceso, lo idóneo es acudir a la página web del fabricante y descargar la última versión disponible para nuestro modelo en particular. Nunca intentemos actualizar nuestra placa con la BIOS de otro fabricante u otro modelo similar, ya que lo más probable es que la dejemos completamente inutilizada. Lo mismo ocurre si, tras cargar el programa regrabador, el proceso de actualización se interrumpe con un corte de luz o un apagado accidental.

Y dado el gran número de usuarios que han sufrido estos incidentes, actualmente encontramos modelos en el mercado equipados con
un sistema denominado Dual BIOS. En estas placas contamos con dos chip
s diferentes que almacenan sendas copias de la BIOS. Si actualizamos, lo hacemos sobre el chip principal. En caso de que algo salga mal, la placa recurrirá automáticamente al chip secundario, con el que podremos arrancar el sistema y volver a intentar la actualización. Por ello, os recomendamos que busquéis uno de estos modelos, ya que os podrá ahorrar futuros disgustos. La primera empresa que lo comenzó a ofrecer fue la conocida Gigabyte.


7. Interfaz IDE

La clásica controladora de discos duros y disquetera hace muchos años q
ue comenzó a ofrecerse integrada en interior de los chipset. Aun así, no ha parado de evolucionar, ofreciendo, además de los clásicos modos PIO de las pri
meras interfaces IDE, los modos Ultra DMA. Este sistema, que permite que el bus IDE funcione independientemente del procesador y pueda acceder directamente a la memoria de sistema, ha ofrecido velocidades de 33, 66 y más recientemente de 100 Mbits/sg. La mayor parte de las placas actuales integran chipset con soporte para el Ultra DMA 100, también conocido como ATA-100. Sin embargo, es algo que no hemos de olvidar si queremos disfrutar de los discos de última generación.
De la misma forma, últimamente hemos visto cómo se ha convertido en algo habitual la presencia de modelos con sistemas RAID (sistemas de duplicación y protección de datos) que utilizan la interfaz IDE. ABIT ha sido una de las primeras compañías en ofrecer esta curiosa combinación que, sin duda, resulta muy interesante para equipos profesionales y pequeños servidores. En estos casos, adem

ás de los dos puertos IDE habituales, a los que podemos conectar hasta cuatro dispositivos, encontramos otros dos adicionales a los que conectar sendos discos duros que mantendrán nuestros datos duplicados y, por tanto, a salvo de cualquier fallo físico o lógico.


8. Puertos USB y Firewire

La existencia de puertos serie o paralelo en las actuales placas base es una

verdadera reminiscencia del pasado que pocos años veremos desaparecer definitivamente. A cambio, ya disfrutamos de los puertos USB e incluso Firewire, que permiten conectar los periféricos de manera sencilla y rápida, además de ofrecer mejores prestaciones. Todavía es habitual encontrar placas con sólo dos conexiones USB, aunque cada vez es más frecuente que ofrezcan hasta cuatro de estos puertos. Esta moda, propiciada por la avalancha de dispositivos que utilizan este método de conexión, nos obliga a buscar es
te pequeño detalle a la hora de elegir placa. Los equipos con los últimos chipset de VIA para Athlon han sido los primeros en seguir esta necesaria tendencia. Sobre los Firewire, todavía no es habitual encontrarlo en los PCs de sobremesa. Sin embargo, Aopen ya ha presentado su primer modelo dotado de esta interfaz, lo que es un primer e importante paso para ver cómo definitivamente podremos disfrutar de todas sus ventajas.
9. Integración: ¿buena o mala?

Pues depende. La verdad es que para equipos domésticos u ofimáticos destinados a tareas sencillas, navegar por Internet, manejar correo electrónico, escribir textos y poco más, contar con una placa que integre audio y vídeo es la mejor y más económica opción. Sin embargo, si necesitamos un PC con gran

potencia gráfica, ya sea para disfrutar de juegos o aplicaciones profesionales, adquirir una placa qu
e integre el sistema gráfico no es una buena idea. Por suerte, el último chipset de Intel, el i815, aunque cuenta con vídeo
integrado en su versión
estándar, permite conectar cualquier tarjeta gráfica al puerto AGP. No obstante, puede que esta afirmación pierda sentido en cuanto se materialicen los proyectos que nVidia piensa sacar al mercado. Esta compañía, especialista en CPUs de alto rendimiento, tiene casi listo un chipset con una GeForce2 integrada que promete romper el tópico de que la integración es una mala idea. Respecto al sonido, y dado que la mayor pa

rte de la gente ni necesita ni aprecia las grandes prestaciones de muchos model
os profesionales, no es algo relevante llevarlo incluido en la placa. Más bien puede ser una buena opción que nos ahorrará algo de dinero.


10. El bus del sistema

Si hablamos un poco más de ciertos aspectos técnicos de estos componentes, no podemos dejar de lado la velocidad del bus de
sistema o FSB (Front Side Bus). Este dato nos indica a qué velocidad se transfieren los datos entre los componentes de la placa base, como por ejemplo, del procesador a la memoria. La velocidad del procesador es independiente del bus de sistema, aunque viene directamente marcada por él. Así, las velocidades de los procesadores se encuentran r
ealizando multiplicaciones de reloj respecto a la velocidad del sistema.

Debido a que la velocidad de los procesadores es cada vez mayor, también es cada vez más necesario contar con buses rápidos que muevan los datos sin problemas, evitando los cuellos de botella. Si hablamos de la plataforma Intel, las velocidades del bus de sistema oscilan entre los 66 MHz de parte de los actuales Celeron, los 100 MHz de ciertos Pentium III y los más modernos Celeron, y los 133 MHz de la mayoría de los Pentium III. En el caso de la plataforma Athlon, el bus ofrece mejores prestaciones, alcanzando los 200 o 266 MHz. En cualquier caso, la velocidad máxima que soporta nuestra placa viene marcada una vez más por el chipset. Por ello, si nos hacemos con uno de los últimos modelos, tendremos asegurada cierta vigencia tecnológica.

11. Formato de la placa

Y si todo lo anterior es importante desde el punto de vista técnico, no es m
enos fundamental tener en cuenta el factor físico en que se nos presenta la placa. Está claro que la mayor parte de los modelos disponibles en el mercado se basan en el conocido ATX. Ah
or
a bien, con el objeto de adecuar cada placa a las distintas cajas existentes, encontramos los formatos Micro-ATX y otras variantes que reducen o agrandan el tamaño de una placa ATX. Por ello,
si hemos optado por comprar una caja de pequeño tamaño, tendremo
s que adquirir una de estas pequeñas placas si no queremos tener problemas para instalar en el equipo. Asimismo, si nos hemos hecho con una gran caja con el objeto de contar con espacio para ampliaciones, lo ideal es buscar una placa que cumpla exactamente con el ATX original, el cual incluye generalmente hasta seis ranuras PCI que nos resultarán muy útiles para instalar un buen número de tarjetas.

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